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"Si sé que existe Dios, la vida se ve de un modo. Si no lo sé, veo el mundo de otro, y lo cierto es que son dos formas de ver la vida que me obligan a situarme. Las consecuencias de ambas dos son tan grandes, que no puede ser que este problema me deje indiferente" Pablo Domínguez

miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿Por qué un Obispo católico acogió a familia que podía tener ébola en Estados Unidos?


DALLAS, 23 Oct. 14DALLAS, 23 Oct. 14
Mons. Kevin Farrell. Foto: ACI Prensa.El Obispo de Dallas (Estados Unidos), Mons. Kevin Farrell, explicó a la prensa las razones por las que acogió a una familia que podría haber estado infectada con el virus del ébola.
“Los reporteros me preguntaron esta mañana por qué dije sí al pedido del alcalde Mike Rawlings y el juez Clay Jenkins para acoger a la señora Troh y su familia”, señaló el Prelado el 20 de octubre en su post, luego de lo cual se preguntó “¿Qué haría Jesús?”
“Sabía que tenía que ayudar. Ciertamente, la Iglesia Católica ha ayudado por mucho tiempo a los necesitados y la señora Troh y su familia estaban en necesidad”.
Los periodistas preguntaron también por qué la diócesis ofrecía ayuda a personas no católicas, y el Obispo precisó que “no ayudamos a alguien porque es católico, ayudamos porque nosotros somos católicos y eso es lo que estamos llamados a hacer”.
Louis Troh era la novia de Thomas Eric Duncan, quien falleció a causa del ébola a inicios de octubre en Estados Unidos, tras haber viajado desde Liberia. Fue tratado en el Texas Health Presbyterian Hospital en Dallas, en donde dos enfermeras que cuidaron de él terminaron contagiadas.
Troh, junto con su hijo adolescente y dos sobrinos adultos, fueron puesta en cuarentena. Luego de constatar que no tenía los síntomas de la enfermedad, las autoridades informaron que no había sido contagiada del virus del ébola.
Cuando le solicitaron ayuda para acoger a esta familia, el Prelado dijo que “hice una pausa para pensar en todas las posibilidades” y decidió finalmente ofrecerles el Centro de Conferencias y Formación en Oak Cliff, en donde la señora Troh y sus parientes estuvieron por los días que estipulaba la cuarentena.
Mons. Farrell se disculpó por cualquier inconveniente que haya podido causar a sus fieles y les dijo que espera “que entiendan que esto era una emergencia humanitaria y que esta situación era prioritaria”. El Prelado agradeció al diácono Jessie Olivarez que está ayudando a limpiar el lugar para que pueda volver a funcionar normalmente.

“Visité y recé esta mañana con la señora Troh y ella me expresó su profunda gratitud a la diócesis por haber tenido un lugar para ella y su familia”, concluyó el Prelado.

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