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"Si sé que existe Dios, la vida se ve de un modo. Si no lo sé, veo el mundo de otro, y lo cierto es que son dos formas de ver la vida que me obligan a situarme. Las consecuencias de ambas dos son tan grandes, que no puede ser que este problema me deje indiferente" Pablo Domínguez

martes, 15 de mayo de 2012

¡Hazlo de todos modos!


Este texto se atribuye con frecuencia a la Madre Teresa de Calcuta, ya que tenía un ejemplar en la pared de su celda, pero fue escrito por Kent M. Keith cuando tenía 19 años, y la Harvard Student Agencies lo publicó por primera vez en 1968.


Las personas son irrazonables, inconsecuentes y egoístas;
perdónalas de todos modos...

Si eres bondadoso, te acusarán de tener oscuros motivos egoístas;
se bondadoso de todos modos...

Si tienes éxito, te ganarás amigos falsos y enemigos verdaderos;
ten éxito de todos modos...

Si eres franco y sincero, la gente puede engañarte;
se franco y sincero de todos modos...

Lo que te cuesta años construir, alguien podría destruirlo en una noche;
construye de todos modos...

Si encuentras sosiego y felicidad, podrían envidiarte;
se feliz de todos modos...

El bien que hagas hoy, muchos lo habrán olvidado mañana;
haz el bien de todos modos...

Da al mundo lo mejor que tienes, y quizá nunca sea suficiente;
da al mundo lo mejor que tienes de todos modos...

Ya ves, a fin de cuentas, todo queda entre Dios y tú; 
Nunca fue entre el mundo y tú de todos modos...

Carta de una madre de Lepe a su hijo (Chiste)


Querido hijo: Te escribo estas letras para que sepas que estoy viva. Estoy escribiéndote despacio porque sé que tú no eres muy rápido leyendo.
Si recibes esta carta es que te llegó; si no, me lo dices y te la mando otra vez.
El tiempo por aquí no está mal: la semana pasada sólo llovió dos veces; la primera estuvo lloviendo tres días, y la segunda cuatro.
Ya te mandé la chaqueta, pero te digo que tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con botones pesaría mucho, y el envío sería muy caro, así que se los quitamos y se los metimos en el bolsillo de dentro.
Por fin, ya pudimos enterrar a tu abuelo; lo encontramos cuando lo de la mudanza; estaba metido en el armario desde aquel día que nos ganó jugando al escondite.
Te cuento que el otro día explotó la cocina de gas y tu padre y yo salimos disparados por el aire y caímos fuera de la casa. ¡Qué emoción! Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos de casa. Vino el médico y me puso un tubo de cristal en la boca y me dijo que no podía hablar en diez minutos. Tu padre quería comprarle el tubo.
Perdona la mala letra y las faltas de ortografía; es que yo me canso de escribirte y ahora le estoy dictando a tu padre y ya sabes lo burro que es.
Y hablando de tu padre, ¡qué orgulloso está! Te cuento que ahora tiene un buen trabajo, tiene 500 personas por debajo de él; es el encargado de segar el cementerio.
El otro día leyó en el periódico que, según las encuestas, la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos mudamos más lejos. No vas a reconocer la casa; el sitio es muy guapo y hasta tengo lavadora, aunque no estoy segura de que funcione. Ayer metí la ropa, tiré de la cadena y desde ese momento no la volví a ver.
Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, parió. Como todavía no sé de qué sexo es, no puedo decirte si eres tío o tía.
Si es niña van a llamarla como yo. Ella, a tu hermana la llamará mamá. La otra hermana, Pilar, está embarazada de cinco meses. Tu padre le preguntó si estaba segura de que era de ella..
Y, por último, tu hermano Juanchu sigue tan despistado como siempre; el otro día cerró el coche, dejó las llaves dentro y tuvo que ir3 km para allá y 3 km para acá, a casa, a por el duplicado, para poder sacarnos a tu padre y a mí de dentro del coche.
Tu primo Paco se casó y pasa toda la noche rezándole a la mujer porque le dijeron que era virgen.
A quien nunca más vimos por aquí es al tío Carlones, el que murió el año pasado.
Ahora el que nos tiene preocupados es tu perro, el Puski; está empeñado en correr detrás de los coches que están parados.
¿Recuerdas a tu amigo Antón? Ya no está en este mundo. Su padre murió hace dos meses y como había pedido ser enterrado en el lago, el pobre Antón murió cavando la poza en el fondo.
Bueno, hijo, no te pongo dirección de la carta porque no la sé.
La gente que vivió aquí antes, se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio.
Si ves a doña Remedios, salúdala de mi parte; si no la ves, no le digas nada.
Un abrazo.                               
P.D. Iba a mandarte 100 euros pero ya cerré el sobre.