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"Si sé que existe Dios, la vida se ve de un modo. Si no lo sé, veo el mundo de otro, y lo cierto es que son dos formas de ver la vida que me obligan a situarme. Las consecuencias de ambas dos son tan grandes, que no puede ser que este problema me deje indiferente" Pablo Domínguez

jueves, 30 de marzo de 2017

¿Has endurecido tu corazón?


Entre el ser y el hacer


Supongo que la intención de los directores de este corto no era hacer una reflexión cristiana.. pero a mí me lleva a plantearme por las veces que nos dejamos llevar por el hacer, la acción, el activismo y con ello descuidamos el ser, nuestra identidad... Cuántas veces nos quedamos en el envoltorio, en solo la persecución de un resultado concreto... y con ello descuidamos el motivo, la motivación... 

No importa lo que hagamos sino el porqué lo hacemos.




«Los niños nos recuerdan que somos siempre hijos: aunque uno sea adulto, o anciano, aunque sea padre, ocupe un puesto de responsabilidad, en el fondo sigue estando la identidad de hijo. Y esto nos remite siempre al hecho de que la vida no nos la hemos dado sino que la hemos recibido. A veces corremos el riesgo de vivir olvidando esto, como si fuéramos nosotros los dueños de nuestra existencia, y en cambio somos radicalmente dependientes. En realidad, es motivo de gran alegría sentir que en cada edad de la vida, en toda situación, en  toda condición social, somos y seguiremos siendo hijos. Este es el principal mensaje que los niños nos dan, con su misma presencia» 

Papa Francisco, Catequesis sobre la Familia- 8 de marzo 2015

miércoles, 15 de marzo de 2017

Carta de un sacerdote a joven que parodió un “aborto” de la Virgen María

El pasado 8 de marzo, con ocasión del Día de la Mujer, un colectivo feminista realizó una manifestación en la
ciudad de Tucumán, Argentina. Al llegar frente a la catedral, una de las participantes disfrazada de la Virgen María parodió “un aborto” con abundante pintura roja para simular el sangrado.

Este hecho ha sido duramente criticado en las redes sociales, donde la joven ha sido identificada como la psicóloga infantil Marina Breslin.

A continuación la carta abierta que el padre Leandro Bonnin le dirige:

Marina:
No me resulta fácil escribirte. Una mezcla de indignación y tristeza invade mi alma, como también la de cientos de miles y quizá millones de argentinos.
Una mezcla de indignación y tristeza que, esta vez, no consigo serenar fácilmente.
Porque para cualquier argentino de ley, que ataquen a su mamá es algo muy grave.
Y vos has atacado a la mía, a la nuestra, a la Madre del Pueblo Argentino, incluso de aquellos que hoy, confundidos o desconocedores de su rostro y su regazo, no la sienten así.
Y aunque a esta altura de los hechos ya casi nada nos sorprende, he de decir que esta vez el agravio vuelto blasfemia ha superado todo límite. Una blasfemia con todos los inconfundibles signos de lo diabólico, por su malicia, su perversidad, y por sobre todas las cosas por el odio hacia María.
Y, paradójicamente, esa Mujer a la que parodiaste es, en cuanto mujer y en cuanto Madre, la más espléndida y certeza reivindicación de lo femenino.
Nunca la mujer estuvo situada en un lugar tan alto en la historia como aquella mañana en Nazareth, cuando María, humilde hija de Israel, ofreció su cuerpo y su entera existencia al proyecto salvador de Dios.
Nunca antes ni después el sexo femenino realizó un acto tan decisivo en el curso de los tiempos, como cuando ella dio a luz, en una oscura cueva, al que sería Luz del mundo.
Nunca una mujer fue tan influyente, tan valorada, tan enaltecida, como cuando Ella -sí, esa de la cual te burlaste-, de pie junto al Hijo Bendito de su vientre -a quien osaste representar abortado- unió sus dolores de Madre al Sacrificio Redentor, llevando su Sí hasta el extremo, sin reservas, sin medidas.
Lo que has cometido es no sólo un pecado, sino también un delito. Y por eso, para educación de las nuevas generaciones, para que el mal no permanezca impune, para que nuestro pueblo no crea erróneamente que todo es posible, nosotros pedimos, exigimos de las autoridades una sanción ejemplar.
A la vez, aunque nos resulte difícil, aunque nuestras entrañas se revuelvan de ira, sabemos que el Niño que te atreviste a imaginar no nacido nos ha enseñado: "amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores".
A la vez que exigimos justicia, que exigimos respeto por nuestra fe y las personas que más amamos, a la vez que pedimos que se detenga la demencia y la anarquía cuando se trata de ofender a los católicos, elevamos una plegaria por vos, y por todas las mujeres que, como vos, no logran comprender.
Marina, en la horrenda imagen que representaste y todo el mundo pudo ver, hay sangre. Sangre de la Madre, pero también del Hijo. La sangre se derrama en el momento de la muerte, pero es, además, símbolo de la vida.
Esa sangre que representaste con irónico desprecio es tu esperanza, nuestra esperanza. Porque donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Porque esa Sangre clama con más fuerza que la de Abel. Porque Jesús la derramó por tus pecados y los míos.
No conozco tu historia. Es posible que el amor verdadero y gratuito no haya visitado tu vida, es probable que no hayas podido experimentar aún la belleza del Rostro y del Amor de Jesús.
Pero quiero que sepas que si por un momento abrís tu alma; si dejás de lado el orgullo, si reconocés humildemente tu pecado, si te arrepentís de corazón... la Sangre del Hijo de María puede renovarte y limpiarte.
Dejame decirte, además, que esa Mujer, de cuya maternidad juvenil nos vino la salvación y la vida, cuyo parto virginal es el inicio de la nueva Creación. te está esperando. Ella ya te ha perdonado. Hay un sitio para vos en su Regazo. Como para todos nosotros, que cada día la invocamos, diciendo: "ruega por nosotros, pecadores".
Dejame decirte, por último, el secreto gigantesco que nos sostiene a todos los que amamos y defendemos a los no nacidos: LA VIDA VENCERÁ. Ni todo el odio del mundo, ni todas las astucias del mal, ni los poderes terrenos confabulados en su contra, podrán derrotarla. En realidad, LA VIDA YA HA VENCIDO. En la mañana del domingo, en la victoria Pascual, la Vida ha logrado el triunfo decisivo, que sólo espera a manifestarse plenamente cuando venga Jesús por segunda vez.
Mientras tanto, los que amamos y defendemos la vida, seguiremos firmes en la brecha, aunque parezca que vamos perdiendo por goleada. Porque el Amor y la Esperanza nos sostiene. Porque la fe nos dice: "lo que hicieron con al más pequeño, lo hicieron conmigo" Y porque Él prometió: "yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo".

 Fuente: www.facebook.es

martes, 14 de marzo de 2017

La estremecedora carta de una madre de alquiler: “No sé cómo te llamas, ni si estás bien, ni si siquiera existes”

Una carta muestra la estremecedora realidad que se oculta detrás del alquiler de vientres, un lucrativo negocio por el que centenares de personas ganan dinero en España, a pesar de ser ilegal.


Esta carta te la debo desde el día en que naciste. Ni siquiera me dejaron verte: sentí trastear entre mis muslos, sentí el cuerpo abierto de dolor, y enseguida te sentí llorar. Fue un ay y un adiós. “Intenta descansar”, me dijeron; pero los vi como a hienas, ensangrentados, saliendo a todo correr con el festín de mis entrañas.

 Todas éramos adultas, libres, altruistas -nos decían- para tomar la decisión de hacer felices a otras personas. Pero no. Yo lo hice por dinero. Durante nueve meses dispusieron de mí: me obligaron a seguir una dieta específica, a no fumar, a no beber, a no tener relaciones sexuales con extraños; y me fueron pagando mes a mes, para tenerme controlada. El resto me lo dieron al final, todo junto, como a Judas.
Sé que existen países en donde se puede comprar una esposa; yo no fui propiedad de ningún hombre, pero arrendé mi cuerpo. El contrato que firmé no me permitía ni siquiera abortar. Fui una ramera: el útero es más íntimo aún que la vagina.

En la clínica –se me antojaba una granja de conejas parideras- en la que negociaban con nuestros vientres, nos insistían en que estábamos haciendo una obra de caridad, en que éramos buenas samaritanas; estéril alegato: una mujer rica jamás cederá su cuerpo para que una pobre pueda tener un bebé; es más, conociendo nuestras procedencias, los ricos ni nos dejarían entrar en sus hogares.

Tus padres, bueno, los que pagaron por ti, eran una pareja de homosexuales. Una noche, en cama, los senos turgentes como un balón, el ombligo brotado como un níspero, mientras sentía tus piececitos golpear en mi conciencia sentí rabia: ‘Estos deben pensar que les cuesta igual a ellos echar un flato que a una mujer parir un hijo’. Seguro que lo entenderás cuando seas mayor. Espero que también se lo reproches: a mí me quedó lidiar con esta culpa que me mata; ellos tendrán apoyo psicológico y permiso por maternidad en su país.

Hasta he llegado a maliciar que, con tal de no tener dolores de parto, ni estrías, ni senos caídos, algunas mujeres pijas, en el futuro, podrán encargar un hijo como se encarga un cake en la tahona.

Dicen que no tenemos ningún vínculo, pero yo no soy un marsupial: de mí recibiste las proteínas y el alimento que necesitabas; y hubieses recibido mi anemia, o mis infecciones, si las hubiese tenido.

Dicen que soy una mera incubadora; pero el amor se siente, no se razona: un padre, aunque lo obligue la ley, no lo es por un encuentro fortuito; una madre siempre lo será, así la parta en dos la justicia salomónica.
Dicen que la paternidad es un derecho: lo sería si todos los huérfanos lo tuvieran primero a ser adoptados. A todo esto no sé cómo te llamas, ni si estás bien, ni si siquiera existes. ¿Y si a pesar de mis cuidados hubieses nacido enana o con síndrome de Down? ¿Devolverían el producto? Quiera Dios no estés en un orfelinato.
El fin no justifica los medios. Lo mío fue un contrato mercantil: Dignidad subrogada, cosificación, trata de vientres, estraperlo de bebés: rotura de principios, no de tabúes. La maternidad es fuente de vida, no de ingresos. Y no, no he donado un órgano. He vendido un ser vivo.

Ya no merezco seguir viviendo.

Esta carta (no sé cirílico) la encontraron en el bolso de Svitlana. A Svitlana, una mujer joven, la encontraron flotando en el río Niéper. En Ucrania es legal la gestación subrogada.

Fuente: infovaticana.com